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Vivir el ejemplo de Cristo

Puesto que Cristo sufrió en su cuerpo, ustedes también deben estar dispuestos a sufrir, porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, para que el resto de su vida no la viva siguiendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios. Ya basta que en el pasado ustedes hayan desperdiciado el tiempo haciendo lo que les gusta hacer a los que no creen. Vivían para sus vicios, malos deseos, borracheras y fiestas desenfrenadas, y para adorar a sus ídolos detestables.

A ellos les parece extraño que ustedes ya no se junten con ellos para andar en las mismas inmoralidades y por eso los insultan. Pero ellos tendrán que darle cuentas a Aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Por eso también se les predicó el evangelio aun a los muertos,[a] para que, a pesar de haber sido juzgados en este mundo por lo que hicieron en vida, vivan conforme a Dios en el espíritu.

Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por tanto, sean serios y responsables en la oración. Sobre todo, ámense en gran manera unos a otros, porque el amor cubre muchos pecados. Recíbanse unos a otros en sus casas, sin hablar mal de nadie.

10 Cada uno de ustedes ha recibido algún don de Dios; úsenlo para servir a los demás. Sean fieles administradores de los diferentes dones de Dios. 11 El que habla, que lo haga como el que habla las palabras mismas de Dios. El que presta algún servicio, que lo haga como el que tiene la fuerza de Dios para hacerlo. Así, en todo lo que ustedes hagan, Dios será alabado por medio de Jesucristo, a quien le pertenece la gloria y el poder para siempre. Amén.

Sufrir por seguir a Cristo

12 Queridos hermanos, no se sorprendan del fuego de la prueba por el que están pasando, como si fuera algo extraño. 13 Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren muchísimo cuando se muestre la gloria de Cristo. 14 Dichosos ustedes si los insultan por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está siempre con ustedes.

15 Si alguno de ustedes sufre, que no sea por ser asesino, ladrón o malhechor, ni siquiera por meterse en los asuntos ajenos. 16 Pero si alguno sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. 17 Ya es tiempo de que el juicio comience por la propia familia de Dios. Y si comienza por nosotros, ¡imagínense el fin que les espera a los que no obedecen al evangelio de Dios! 18 «Si el justo con dificultad se salva, ¿qué le pasará al malvado y al pecador?».

19 Así pues, los que sufren porque Dios así lo quiere, sigan haciendo el bien y entréguense a su Creador, porque él es fiel.

Footnotes

  1. 4.6 El sentido de esta frase desconcierta a todos los comentaristas. El plan de Dios para los impíos es el siguiente: «La paga del pecado es la muerte y después el juicio». La Biblia no enseña que después de la muerte haya otra oportunidad de oír y aceptar el evangelio. Por esta razón algunos opinan que sería más exacto interpretar el versículo seis de la siguiente manera: «Y por eso es que las Buenas Nuevas de salvación un día (en vida de ellos) fueron predicadas a los que ahora están muertos. Porque si las aceptaban, aun cuando murieran físicamente como todos los hombres, sus espíritus vivirían tal como Dios vive».