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Los israelitas exploran Canaán

13 Un día el Señor le ordenó a Moisés: «Envía espías a la tierra de Canaán; la tierra que le voy a dar a Israel. Envía uno de cada tribu».

3-15 Moisés hizo lo que el Señor le había ordenado y envió desde el desierto de Parán a las siguientes personas, una por cada tribu:

Samúa, hijo de Zacur, de la tribu de Rubén;

Safat, hijo de Horí, de la tribu de Simeón;

Caleb, hijo de Jefone, de la tribu de Judá;

Igal, hijo de José, de la tribu de Isacar;

Oseas, hijo de Nun, de la tribu de Efraín;

Palti, hijo de Rafú, de la tribu de Benjamín;

Gadiel, hijo de Sodi de la tribu de Zabulón;

Gadí, hijo de Susi, de la tribu de José (realmente era parte de la tribu de Manasés);

Amiel, hijo de Gemalí, de la tribu de Dan;

Setur, hijo de Micael, de la tribu de Aser

Najbi, hijo de Vapsi, de la tribu de Neftalí;

Geuel, hijo de Maquí, de la tribu de Gad.

16 En esta ocasión Moisés le cambió el nombre a Oseas (Salvación) y le puso Josué (el Señor es salvación).

17 Moisés los envió en su misión de exploración diciéndoles:

―Vayan hacia el norte, hacia el Néguev, y suban las montañas; 18 y observen qué tal es la tierra; fíjense, además, cómo es el pueblo que vive allí, si son fuertes o débiles; pocos o muchos; 19 si la tierra es fértil o no, y qué clase de ciudades son, si son pueblos sin muros o si son ciudades fortificadas; 20 si la tierra es rica o pobre, y si hay árboles. No teman, y cuando regresen traigan algunas muestras de los frutos que vean. (Era la época en que comenzaba la vendimia).

21 Ellos fueron y exploraron la tierra de Canaán desde el desierto de Zin hasta Rejob y Jamat. 22 Yendo hacia el norte, atravesaron el Néguev y llegaron a Hebrón. Allí vieron a los descendientes de Ajimán, de Sesay y de Talmay, descendientes de Anac. (Hebrón era muy antigua, y había sido fundada siete años antes que Zoán, en Egipto). 23 Luego llegaron a lo que se conoce ahora como valle de Escol donde cortaron un racimo de uvas tan grande que fue necesario transportarlo en un palo cargado por dos hombres. También llevaron algunas muestras de granadas e higos. 24 Los israelitas llamaron al valle Escol (Racimo) por el racimo que allí encontraron.

Informe de los espías

25 Cuarenta días después regresaron de su expedición. 26 Informaron a Moisés, a Aarón y a todo el pueblo de Israel en el desierto de Parán, en Cades, y les mostraron el fruto de la tierra que habían traído consigo.

27 Este fue su informe:

―Llegamos a la tierra que ustedes nos enviaron a explorar, y encontramos que es una tierra excelente de la que realmente fluye leche y miel. Hemos traído estos frutos como muestra. 28 Pero el pueblo que vive en ella es poderoso, sus ciudades están fortificadas y son grandes y, lo que es peor, hemos visto gigantes descendientes de Anac en aquellos lugares. 29 Los amalecitas viven en el sur, mientras que en los montes hay heteos, jebuseos y amorreos. A lo largo de la costa del Mediterráneo y en el valle del Jordán están los cananeos.

30 Sin embargo, Caleb animó al pueblo delante de Moisés.

―Subamos inmediatamente y tomemos posesión de la tierra —dijo— porque podemos conquistarla.

31 ―No podremos luchar contra un pueblo tan poderoso —respondieron los otros espías.

32 De modo que el informe de la mayoría de los exploradores fue negativo:

―La tierra está llena de guerreros, los pueblos que la habitan son poderosos, 33 y vimos gigantes descendientes de Anac. Eran tan grandes que parecíamos langostas al lado de ellos.