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El copero y el panadero

40 Mucho tiempo después, el jefe de los panaderos y el jefe de los coperos que servían al rey de Egipto, hicieron algo que lo ofendió. 2-3 Por eso, el faraón se enojó con ellos y los mandó a la misma cárcel en donde estaba José, es decir, en la casa del capitán de la guardia. Estuvieron presos un buen tiempo, y el capitán de la guardia designó a José para que los atendiera. Cierta noche cada uno de ellos tuvo un sueño. A la mañana siguiente José los notó tristes y deprimidos.

―¿Qué les pasa? ¿Por qué están tan tristes? —les preguntó.

Ellos le contestaron:

―Cada uno de nosotros tuvo un sueño anoche, y no hay quién nos interprete los sueños.

9-10 El primero en contar su sueño fue el jefe de los coperos:

―En mi sueño vi una vid con tres ramas que brotaron, florecieron y luego dieron racimos de uva madura. 11 Yo tenía la copa del faraón, Entonces tomé las uvas y las exprimí en la copa del faraón y se la serví.

12 José entonces le dijo:

―Esta es la interpretación del sueño: Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de tres días el faraón te va a sacar de la cárcel y te pondrá nuevamente en tu cargo de copero. 14 Por favor, apiádate de mí cuando hayas vuelto a gozar del favor del faraón, y pídele que me saque de aquí. 15 Yo soy un hebreo que fue raptado de su tierra, y ahora estoy en la cárcel sin haber hecho nada para merecer este castigo.

16 Cuando el jefe de los panaderos vio que el primer sueño tenía un significado tan bueno, también le contó su sueño a José.

―En mi sueño llevaba tres canastos de pan sobre la cabeza. 17 El canasto de encima estaba lleno de deliciosos productos de pastelería, hechos especialmente para el faraón. Pero vinieron las aves y se los comieron.

18 ―Los tres canastos son tres días —le dijo José—. 19 De aquí a tres días, el faraón te quitará la cabeza, colgará tu cuerpo de un madero, y las aves comerán tus carnes.

20 Tres días más tarde, el faraón hizo una fiesta para celebrar su cumpleaños. Invitó a todos sus funcionarios y a todo el personal de su palacio. Mandó a buscar al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. Así que los sacaron de la cárcel y los llevaron delante del faraón. 21 Entonces el faraón colocó de nuevo al jefe de los coperos en su cargo, 22 pero mandó a ahorcar al jefe de los panaderos, tal como lo había dicho José. 23 Sin embargo, el jefe de los coperos se olvidó por completo de José.

José interpreta dos sueños

40 Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto. Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos, y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio significado. Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.

Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, 10 y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. 11 Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. 12 Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13 Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. 14 Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. 15 Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.

16 Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. 17 En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza. 18 Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. 19 Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti.

20 Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores. 21 E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y dio este la copa en mano de Faraón. 22 Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José. 23 Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.

El copero y el panadero

40 Tiempo después, el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor. El faraón se enojó contra estos dos oficiales suyos, es decir, contra el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos; así que los mandó presos a la casa del capitán de la guardia, que era la misma cárcel donde estaba preso José. Allí el capitán de la guardia encargó a José que atendiera a estos funcionarios.

Después de haber estado algún tiempo en la cárcel, una noche los dos funcionarios, es decir, el copero y el panadero, tuvieron cada uno un sueño, cada sueño con su propio significado.

A la mañana siguiente, cuando José fue a verlos, los encontró muy preocupados; por eso preguntó a los oficiales del faraón que estaban con él en la prisión:

—¿Por qué andan hoy tan cabizbajos?

—Los dos tuvimos un sueño —respondieron—, y no hay nadie que nos lo interprete.

—¿Acaso no es Dios quien da la interpretación? —preguntó José—. ¿Por qué no me cuentan lo que soñaron?

Entonces el jefe de los coperos contó a José el sueño que había tenido:

—Soñé que frente a mí había una vid, 10 la cual tenía tres ramas. En cuanto la vid echó brotes, floreció y maduraron las uvas en los racimos. 11 Yo tenía la copa del faraón en la mano. Tomé las uvas, las exprimí en la copa y luego puse la copa en manos del faraón.

12 Entonces José dijo:

—Esta es la interpretación de su sueño: Las tres ramas son tres días. 13 Dentro de los próximos tres días el faraón lo indultará a usted y volverá a colocarlo en su cargo. Usted volverá a poner la copa del faraón en su mano, tal como lo hacía antes, cuando era su copero. 14 Yo le ruego que no se olvide de mí. Por favor, cuando todo se haya arreglado, háblele usted de mí al faraón para que me saque de esta cárcel. 15 A mí me trajeron por la fuerza, de la tierra de los hebreos. ¡Yo no hice nada aquí para que me echaran en la cárcel!

16 Al ver que la interpretación había sido favorable, el jefe de los panaderos dijo a José:

—Yo también tuve un sueño. En ese sueño, llevaba yo tres canastas de pan[a] sobre la cabeza. 17 En la canasta de arriba había un gran surtido de repostería para el faraón, pero las aves venían a comer de la canasta que llevaba sobre la cabeza.

18 José respondió:

—Esta es la interpretación de su sueño: Las tres canastas son tres días. 19 Dentro de los próximos tres días, el faraón mandará que a usted lo decapiten y lo cuelguen de un árbol, y las aves devorarán su cuerpo.

20 En efecto, tres días después el faraón celebró su cumpleaños y ofreció una gran fiesta para todos sus funcionarios. En presencia de estos, mandó sacar de la cárcel al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. 21 Al jefe de los coperos lo restituyó en su cargo para que, una vez más, pusiera la copa en manos del faraón. 22 Pero tal como lo había predicho José, al jefe de los panaderos mandó que lo ahorcaran. 23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que se olvidó de él por completo.

Footnotes

  1. 40:16 pan. Alt. mimbre.