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Al director musical. Salmo de David.

20 Que el Señor esté contigo en el día de tu tribulación. ¡Que el Dios de Israel te libre de todo mal! Que desde su santuario te envíe ayuda; que desde Jerusalén te fortalezca. Que recuerde con agrado lo que le has brindado: tus sacrificios y ofrendas quemadas: Que él te conceda lo que tu corazón anhela y haga realidad todos tus planes. Que haya griterío de júbilo cuando sepamos la noticia de tu victoria; que se agiten las banderas en alabanza a Dios por todo lo hecho en favor tuyo. Que él responda a todas tus plegarias.

«Dios salve a su ungido rey». ¡Y yo sé que lo salva! Él le escucha desde el alto cielo y lo rescatará con su gran poder. Algunas naciones se vanaglorian de sus ejércitos y armamento; pero nosotros nos gloriamos en el Señor nuestro Dios. Esas naciones caerán y perecerán; nosotros nos alzaremos y permaneceremos firmes y a salvo.

Otorga la victoria a nuestro rey, Señor. Escucha nuestra oración.

Oración pidiendo la victoria

Al músico principal. Salmo de David.

20 Jehová te oiga en el día de conflicto;

El nombre del Dios de Jacob te defienda.

Te envíe ayuda desde el santuario,

Y desde Sion te sostenga.

Haga memoria de todas tus ofrendas,

Y acepte tu holocausto. Selah

Te dé conforme al deseo de tu corazón,

Y cumpla todo tu consejo.

Nosotros nos alegraremos en tu salvación,

Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios;

Conceda Jehová todas tus peticiones.

Ahora conozco que Jehová salva a su ungido;

Lo oirá desde sus santos cielos

Con la potencia salvadora de su diestra.

Estos confían en carros, y aquellos en caballos;

Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

Ellos flaquean y caen,

Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

Salva, Jehová;

Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.

Al director musical. Salmo de David.

20 Que el Señor te responda cuando estés angustiado;
    que el nombre del Dios de Jacob te proteja.
Que te envíe ayuda desde el santuario;
    que desde Sión te dé su apoyo.
Que se acuerde de todas tus ofrendas;
    que acepte tus holocaustos. Selah
Que te conceda lo que tu corazón desea;
    que haga que se cumplan todos tus planes.
Nosotros celebraremos tu victoria
    y en el nombre de nuestro Dios desplegaremos las banderas.

Que el Señor cumpla todas tus peticiones.

Ahora sé que el Señor
    salvará a su ungido,
que le responderá desde su santo cielo
    y con su poder le dará grandes victorias.
Estos confían en sus carros de guerra,
    aquellos confían en sus corceles,
pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios.
Ellos se doblegan y caen,
    pero nosotros nos levantamos y nos mantenemos firmes.
¡Concede, Señor, la victoria al rey!
    ¡Respóndenos cuando te llamemos!